Douglas James Cowan
Hola Minders...
Douglas James Cowan
Un día emotivo, escribo lo que estás leyendo en medio de un viaje que me lleva entre las islas de sol y volcanes hacia la tierra de la bruma y la lluvia.
Nada más lejos de una vuelta al hogar ya que el propósito de mi visita es dar el saludo final a un gran amigo y compañero de trabajo llamado Douglas James Cowan que falleció en Edimburgo la semana pasada.
La muerte de Dougie fue brutal en el sentido que llegó de la nada, un hombre entero en lo mejor de su vida que de pronto no está más entre nosotros.
Ninguno de todos aquellos que lo conocimos podía ni siquiera imaginar que algo así de dramático pudiera ocurrirle a nuestro buen amigo, especialmente a Dougie que no era para nada dramático. El estaba muy lejos de cualquier comportamiento teatral.
El título de "genio" está tan bastarteado actualmente que el término ya perdió mucho de su significado real, aunque dentro del mundo de Simple Minds -y aquellos que han formado parte de él mucho tiempo lo saben- Dougie siempre fue considerado un genio de la técnica.
Un gigante amable, quizás el hombre más tímido y reservado que pude haber conocido.
También era el más tranquilo, llegando a permanecer imperturbable incluso cuando el caos se había desatado y parecía abarcarlo todo.
Cowan apareció en nuestro radar por primera vez en 1978 (si, hace tanto!) cuando íbamos de Glasgow a Edinburgo en un destruído mini bus, afiladísmos por haber conseguido un espacio como teloneros en el show de la banda del momento: "The Only Ones". Esa noche estuvieron muy bien aunque no fueron los únicos... ya que nosotros también nos tocamos todo y dejamos al público aullando por más. Durante esa presentación recuerdo haber espiado por encima de los parlantes hacia el costado del escenario y haber visto la figura alta de aquel muchacho al que conocía como Big Dougie, moviendo su cabeza al ritmo de la música y al mismo tiempo concentrado en darme un sonido claro y cristalino.
Ese fue el comienzo de una relación de trabajo que iba a prolongarse durante más de 20 años, mientras se iba convirtiendo en una extensión tanto de Charlie Burchill como de Mick McNeil, trabajando junto a ellos en incontables giras y sesiones de grabación, haciendo posible que ambos se convirtieran en la dupla creativa que llegaron a ser. Sinceramente, Dougie los guió a través de ese camino al punto de reconocer que sin su habilidad y destreza técnica, Simple Minds hubiera sido un grupo mucho menos importante.
Y no estoy exagerando absolutamente nada!
Mi más dulce recuerdo se ubica allá por los meses de otoño de 1980 cuando íbamos recorriendo Europa en aquel mismo apretado mini bus aunque ya por entonces contábamos con Dougie pasando horas al volante mientras atravesábamos el continente. Por aquellos días, éramos teloneros de Peter Gabriel, un honor por cierto, aunque prácticamente cada noche de las cinco semanas que duró esa gira, dejábamos el escenario en medio de resonantes abucheos de la gente. Sin embargo ninguno de nosotros parecía preocuparse particularmente por eso.
Después de todo, el sol brillaba, éramos jóvenes y como una banda que estaba desarrollando su experiencia en vivo, sabíamos que estábamos volviendonos más fuertes cada noche
Disfrutábamos el hecho de ganarles a quienes querían vernos fracasar. Incluso disfrutábamos también el hambre de aquellos días en los que nos desvivíamos por conseguir el dinero suficiente para comprar un sandwich y papas fritas que nos hicieran aguantar hasta el otro día.
Creo que era como si ya supiéramos adonde queríamos llegar con nuestras carreras y que nada... nada, podría ya detenernos.
Aunque es justo reconocer que no hubiéramos llegado a ninguna parte sin ese gran equipo a nuestro lado cada noche.Y que en gran medida, dependemos de las aptitudes y el apoyo de todos a nuestro alrededor. Particularmente Dougie, quien nos aseguraba las mejores condiciones técnicas que hacían posible que nos expresáramos en el mejor nivel.
Sorprendéntemente, nunca faltó ni una vez en estos 20 años de servicio.
Estoy totalmente en deuda con la gente que puso su vida en nuestras manos durante meses -a veces años como el caso de Dougie- y todo por mantenernos y apoyarnos mientras nosotros rodábamos alrededor del mundo en nuestro viaje fantástico haciendo música.
Douglas James Cowan por sobre todas las cosas dedicó la mayor parte de su vida laboral a Simple Minds y mi gran temor es no haberle hecho sentir en vida todo lo agradecido que estuve siempre.
No obstante mi agradecimiento es enorme.
Esta es la traducción del post que recientemente se publicó en la sección Tour Diary en SimpleMinds.com
17/07/07
Douglas James Cowan
Un día emotivo, escribo lo que estás leyendo en medio de un viaje que me lleva entre las islas de sol y volcanes hacia la tierra de la bruma y la lluvia.
Nada más lejos de una vuelta al hogar ya que el propósito de mi visita es dar el saludo final a un gran amigo y compañero de trabajo llamado Douglas James Cowan que falleció en Edimburgo la semana pasada.
La muerte de Dougie fue brutal en el sentido que llegó de la nada, un hombre entero en lo mejor de su vida que de pronto no está más entre nosotros.
Ninguno de todos aquellos que lo conocimos podía ni siquiera imaginar que algo así de dramático pudiera ocurrirle a nuestro buen amigo, especialmente a Dougie que no era para nada dramático. El estaba muy lejos de cualquier comportamiento teatral.
El título de "genio" está tan bastarteado actualmente que el término ya perdió mucho de su significado real, aunque dentro del mundo de Simple Minds -y aquellos que han formado parte de él mucho tiempo lo saben- Dougie siempre fue considerado un genio de la técnica.
Un gigante amable, quizás el hombre más tímido y reservado que pude haber conocido.
También era el más tranquilo, llegando a permanecer imperturbable incluso cuando el caos se había desatado y parecía abarcarlo todo.
Cowan apareció en nuestro radar por primera vez en 1978 (si, hace tanto!) cuando íbamos de Glasgow a Edinburgo en un destruído mini bus, afiladísmos por haber conseguido un espacio como teloneros en el show de la banda del momento: "The Only Ones". Esa noche estuvieron muy bien aunque no fueron los únicos... ya que nosotros también nos tocamos todo y dejamos al público aullando por más. Durante esa presentación recuerdo haber espiado por encima de los parlantes hacia el costado del escenario y haber visto la figura alta de aquel muchacho al que conocía como Big Dougie, moviendo su cabeza al ritmo de la música y al mismo tiempo concentrado en darme un sonido claro y cristalino.
Ese fue el comienzo de una relación de trabajo que iba a prolongarse durante más de 20 años, mientras se iba convirtiendo en una extensión tanto de Charlie Burchill como de Mick McNeil, trabajando junto a ellos en incontables giras y sesiones de grabación, haciendo posible que ambos se convirtieran en la dupla creativa que llegaron a ser. Sinceramente, Dougie los guió a través de ese camino al punto de reconocer que sin su habilidad y destreza técnica, Simple Minds hubiera sido un grupo mucho menos importante.
Y no estoy exagerando absolutamente nada!
Mi más dulce recuerdo se ubica allá por los meses de otoño de 1980 cuando íbamos recorriendo Europa en aquel mismo apretado mini bus aunque ya por entonces contábamos con Dougie pasando horas al volante mientras atravesábamos el continente. Por aquellos días, éramos teloneros de Peter Gabriel, un honor por cierto, aunque prácticamente cada noche de las cinco semanas que duró esa gira, dejábamos el escenario en medio de resonantes abucheos de la gente. Sin embargo ninguno de nosotros parecía preocuparse particularmente por eso.
Después de todo, el sol brillaba, éramos jóvenes y como una banda que estaba desarrollando su experiencia en vivo, sabíamos que estábamos volviendonos más fuertes cada noche
Disfrutábamos el hecho de ganarles a quienes querían vernos fracasar. Incluso disfrutábamos también el hambre de aquellos días en los que nos desvivíamos por conseguir el dinero suficiente para comprar un sandwich y papas fritas que nos hicieran aguantar hasta el otro día.
Creo que era como si ya supiéramos adonde queríamos llegar con nuestras carreras y que nada... nada, podría ya detenernos.
Aunque es justo reconocer que no hubiéramos llegado a ninguna parte sin ese gran equipo a nuestro lado cada noche.Y que en gran medida, dependemos de las aptitudes y el apoyo de todos a nuestro alrededor. Particularmente Dougie, quien nos aseguraba las mejores condiciones técnicas que hacían posible que nos expresáramos en el mejor nivel.
Sorprendéntemente, nunca faltó ni una vez en estos 20 años de servicio.
Estoy totalmente en deuda con la gente que puso su vida en nuestras manos durante meses -a veces años como el caso de Dougie- y todo por mantenernos y apoyarnos mientras nosotros rodábamos alrededor del mundo en nuestro viaje fantástico haciendo música.
Douglas James Cowan por sobre todas las cosas dedicó la mayor parte de su vida laboral a Simple Minds y mi gran temor es no haberle hecho sentir en vida todo lo agradecido que estuve siempre.
No obstante mi agradecimiento es enorme.
Traducción: Pablo Ramírez